Entrevista a Mariola Cubells

'Los que programamos televisión pensamos que el espectador es idiota y no es así'

Mariola Cubells ha sido directora de programas de televisiones nacionales que ella misma califica de basura.

Mariola Cubells ha sido directora de programas de televisiones nacionales que ella misma califica de basura.

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Mariola Cubells ha dirigido programas en televisiones nacionales y autonómicas que ella misma ha calificado como basura. Para hablar de ese tipo de televisión ha escrito el libro '¡Mírame tonto!' que recoge experiencias verídicas vividas en esos programas y 'Mentiras en directo' dónde nos habla de la manipulación a la que nos someten algunos informativos.

-Supongo que por dentro la prensa no tendrá nada que ver con la televisión.

Son dos medios diametralmente opuestos, me quedo con la prensa ahora mismo ya que la tele es ingrata casi siempre y cada uno está predispuesto a hacer cosas en determinados medios. Yo soy periodista de prensa fundamentalmente, lo que pasa que la vida te lleva a otras cosas y me llevó a la tele. He trabajado mucho en prensa y lo que necesitas poner de tu parte para existir no tiene nada que ver con lo que necesitas para existir en la tele, es más sutil, más suave, menos cruel.


-¿También en la prensa rosa?

Para escribir una crónica en una revista necesitas arriesgarte menos, otra cosa son los paparazzis y en cambio el que va con el micro por los aeropuertos tiene una función mucho más desagradable, pero las agencias de comunicación se dedican a hacer de todo.

-En 1996 tuvo la primera experiencia con la pequeña pantalla, ¿cómo fue ese primer contacto?

Fue bueno, en aquél momento quería cambiar de aires y me hicieron una oferta en Canal 9, en un programa de actualidad. Me gustó aunque nunca me enamoró la televisión, pero me vinculé a ese mundo y fui pasando de cargo en cargo, de estilo en estilo y demás, fue una caída en picado aunque se supone que fue un ascenso porque empecé como redactora y acabé como directora, lo quiero borrar de mi currículum.

-Escribir 'Mírame tonto' y 'Mentiras en directo' le ha servido para enseñarnos al resto de espectadores como funciona la televisión.

Tengo la sensación que he contribuido como periodista mucho más con estos dos libros que durante todos los años que trabajé en televisión. Esos libros poseen una información útil para el ciudadano y me parece que lo que cuento es algo que el ciudadano debe saber, para que no se le engañe permanentemente. Estoy contenta del resultado y contarlo era una necesidad vital, aunque me hubiera resultado más sencillo seguir en la tele, yo me marché después de hacer un programa infame. Todo lo que cuento en el libro es verdad, nadie puede poner en duda lo que yo cuento y eso es la gravedad del asunto, porque no ha cambiado nada el panorama. Los que programamos televisión pensamos que el espectador es idiota y no es así. Siempre tenemos que tener ojos críticos, también en los informativos.

-¿Después de escribir sus dos libros recibió alguna llamada que dijo 'hasta nunca'?

Jamás he recibido ninguna de nadie que saliera más o menos mal parado para querellarse o quejarse y por una razón y es que lo que yo cuento es verdad y no hay nada que decir. Este tipo de televisión no me interesaba y yo no quería volver a hacerla. Una de las lecciones que me ha dado es que tienes que arriesgarte y tirarte a la piscina y no vivir con miedo, porque el miedo te impide avanzar y a la larga te impide ser una buena persona. Los periodistas no podemos ser objetivos, pero sí honestos y si lo fuéramos no pasarían las cosas que pasan, ni en espacios de entretenimiento ni en informativos.


-Conozco a un guionista de un programa de este tipo y se siente orgulloso de su trabajo, porque, según dice, al fin y al cabo están pagando a actores para que se tiren los platos.

Gente con pocos escrúpulos hay mucha y sinvergüenzas hay en todas partes, otra cosa que funciona mucho es justificarte diciendo que “esto es lo que la gente quiere” y acabas justificándote con cosas que no son verdad.

-Mariola, ¿qué es la telebasura y cómo sabemos cuando estamos ante este tipo de televisión?

Es una cuestión de piel y hay quien la tiene más fina. Cuando estás trabajando en un programa y tienes dudas de si estás haciendo bien o mal es evidente que es telebasura. Este tipo de televisión es una fábrica de malos ejemplos, estos programas tienen como objetivo tener audiencia, que es lícito, si no lo llenas de mierda. Cuando utilizas cualquier cosa para conseguir tu objetivo y ese tipo de cosas nunca querrías que te pasaran a ti o a la gente que tú quieres, también estás haciendo telebasura. Los que hacen televisión la hacen para otro tipo de público, una televisión que nunca consumiríamos, es una televisión elitista y déspota. No es difícil de entender que se hace exclusivamente por dinero, un minuto de un programa basura puede costar 300 euros y un minuto de una serie de calidad, vale 6.000. Basta con que la puesta en escena sea grandilocuente, eso hace creer al espectador que lo que se dice es importante.

-Por ejemplo en “Aquí hay tomate” la escenografía es similar a la de un informativo y nos da la idea de que lo que se dice es importante.

Los trucos de música, de carátulas, de manera de presentar, son como las de un telediario. Eso de que la presentadora se levante y diga ante una pantalla “estamos en directo en la clínica donde Belén Esteban ha sido ingresada por una subida de azúcar” eso es una chorrada, pero te lo cuentan con un formato como el del informativo. La gente no tiene tanta cultura audiovisual como para descifrar las maneras de narrar y nosotros sabemos cómo contarlo, en qué orden, etc.


-La telebasura nace cuando nacen las cadenas privadas y por tanto hay una necesidad de competir.

La eclosión de la basura, sí. Pienso que la telebasura no es una cuestión de formatos sino de contenidos, el hecho de que entraran las privadas y hubiera esa competencia a la que se unió TVE, propició esto. Si TVE hubiera seguido una línea diametralmente opuesta, nunca hubiéramos llegado a lo que hemos llegado, porque hubiéramos tenido un referente que no hemos tenido.

-Cuatro parece que ha obviado los contenidos basura.

Soy poco optimista, el problema es que hemos conseguido implantar un modelo de hacer televisión y es difícil escapar de ese modelo, porque has educado al espectador así. Se necesita mucho tiempo para deseducar a los videntes, aunque es verdad que Cuatro tiene otro tipo de programación, pero no nos olvidemos que acaban de nacer y los accionistas en un momento empezarán a pedir los mismos resultados que el resto de las cadenas. El mercado televisivo es cada vez más agresivo, no soy optimista.

-Hablemos de la franja del late-night y es que durante muchos años ha sido salpicada por eso de la telebasura (el caso de las niñas de Alcàsser fue protagonista de esta franja horaria durante mucho tiempo), sin embargo parece que ahora la cosa cambia. Tenemos a Alfons Arús, a Buenafuente y a Eva Hache, los tres con programas muy blancos.

El programa de Arús se queda en la epidermis porque no puede ir más allá, Buenafuente demostró que se podía hacer un late-night de otra manera y Eva Hache parece que también ha seguido esa estela. El programa de Arús tiene una audiencia paupérrima y no se quita porque TVE no está para tirar cohetes, tiene cero presupuesto y no saben qué poner.

-Jesús Quintero tiene una libertad total en TVE, pese a las modestas audiencias.

Quintero parece que todo lo que toca lo convierte en personaje culto y es que las formas en televisión son muy importantes, a veces creo que está haciendo lo mismo pero envuelto en papel de seda. Su estilo hace que te parezca que no está entrevistando a Carmen Martínez-Bordiu, pero esas formas hacen que no degrades al personaje, que no arañes al espectador con tus comentarios y eso convierte el mismo contenido en algo menos agresivo. Quintero también se ríe de los freaks, pero no está en el mismo saco, aunque le consienten determinadas cosas porque su nombre da cierto prestigio a la cadena.


-Otro de los males de la telebasura es que al gremio de periodistas os están apartando de manera que los colaboradores de muchos programas son comunicadores sin estudios.

No siento que me quiten trabajo, porque yo no quiero ser eso, no quiero ser un concursante de GH. Me parece más peligroso que los periodistas de verdad acaben así, como Juan Ramón Lucas.

-¿Qué le parece la función del CAC?

Me parece estupendo, soy una gran defensora de estos consejos ya que son absolutamente necesarios. Los periodistas hemos demostrado que no sabemos regularnos a nosotros mismos y en este país se regulan muchas cosas y no pasa nada porque se regule la televisión, no es un atentado a la libertad de expresión, quienes lo temen son como los ladrones que temen que se penalicen determinados delitos. De todos modos, en general los medios en Cataluña no funcionan como en el resto del estado, no hay luchas sin tregua y seguramente tendrá que ver el estilo que ha implantado TV3.

-Por último, ha sido usted muy crítica con los Servicios Informativos de TVE cuando Urdaci era director de ellos. No obstante fue contertulia de un debate de La 2 conducido por Luis Herrero, “La tele que nos espera”.

Y me arrepiento profundamente, nunca volvería a ir ese tipo de debates donde es imposible discutir con determinados moderadores y no voy a entrar en esa dinámica.


NOTA: Parte de esta entrevista, como viene siendo habitual con las entrevistas de Nacho Corredor Solà, será emitida por SER Penedès - Garraf dentro del magazín "Hora L".

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