Via pública

La cutre-calle Llibertat, (de Áncora a Soler)

Dona suport al periodisme local col·laborant amb nosaltres i fes-te’n subscriptor per només 3€ al mes sense permanència.

En él se encuentran prácticamente todos los comercios del barrio y es la zona donde el vecindario se socializa cada día.

Se había hecho algo similar en las plazas de los Carros y de les Cols, con un éxito incuestionable. Antes de hacerlos peatonales, eran lugares parecidos a lo que es hoy el tramo de la calle Llibertat de la que se habla. Eran lugares un tanto cutres, con comercios sacados de los años 70 del pasado siglo, con coches aparcados y circulando y los peatones saltando entre los obstáculos. La plaza de les Cols estaba medio muerta… Como consecuencia de la peatonalización en ambas plazas, el comercio en ellas se ha modernizado y se han abierto nuevos establecimientos. Y se han llenado de gente, ya sea para comprar, para charlar, o para tomarse un café en las nuevas terrazas que han aparecido. Son lugares que se les ha quitado la caspa de los años y se los ha puesto al día.

Hacer lo mismo que se ha hecho en esas plazas es lo que se quiere que se haga en ese tramo de la calle Llibertat, con la esperanza de que todo mejore, como ha sucedido en  ellas.

Después de insistir, el Ayuntamiento estuvo dispuesto a hacer en la calle Llibertat (con Neus Lloveras como alcaldesa) lo mismo que se había hecho en las plazas antes mencionadas. Algunos comerciantes se opusieron a las reformas y recogieron hasta un millar de firmas para que todo quedara igual que siempre.

Ante ese millar de firmas, el Ayuntamiento dio el caso por cerrado.

Para nada tuvo en cuenta los progresos que suponían para Baix-a-mar el modernizar la zona más transitada del barrio y su viejo comercio y prefirió conservar la docena de plazas de aparcamiento y dejar circular los pocos coches que van al Paseo Marítimo y que bien podían ir por otra calle.

Cabe preguntarse para que sirve esa Regiduría de Promoción Económica de la Ciudad (o como se llame), si en estos casos no son capaces de tener un criterio de ciudad por encima de conveniencias de una parte del vecindario. Sabían que aceptando “dejar todo como estaba”, se ponía una zancadilla a la modernización y el progreso del barrio.

Por otro lado, ¿alguien comprobó, aunque solamente fuera por encima, quienes eran esos mil firmantes en desacuerdo?

Se entiende que entre los comerciantes instalados en esa calle haya surgido el temor al cambio y hayan optado por aquello de “virgencita, que me quede como estoy”. Pero cuesta creer que haya mil vecinos del barrio que, tan clamorosamente, se opongan a que le mejoren urbanística, comercial y socialmente su parte más transitada.

Si el Ayuntamiento hubiera realizado una cata de entre esas firmas disidentes, probablemente se habría encontrado con la sorpresa de que, muchas de ellas, pudieran pertenecer a visitantes de Igualada, L’Hospitalet, Sabadell y otros lugares que nada tienen que ver, ni decidir, sobre los asuntos del barrio..

Desgraciadamente el resultado de todo ello es que se ha desaprovechado la ocasión de modernizar una pequeña parte de un barrio muy necesitado de mejoras. 

El periodisme de proximitat necessita del compromís dels seus lectors per defensar un periodisme més independent, lliure i plural.

Subscriu-te ara!




SUBSCRIU-TE

Dona suport al periodisme local col·laborant amb nosaltres i fes-te’n subscriptor per només 1€ setmanal sense permanència. El periodisme de proximitat necessita del compromís dels seus lectors.

Subscriu-te ara! Al periodisme local