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Pon salud en tu plato
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Laura Cortés
- Vilanova i la Geltrú
- 28-10-2013 18:16
Eix. Huevos
Hoy en “Pon Salud en tu Plato” traemos la segunda parte de mitos alimentarios y pienso que desgraciadamente no será la última
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Los mitos alimentarios son rumores, cotilleos, habladurías… en definitiva, información sobre aspectos relacionados con la alimentación que van pasando de unos a otros y que casi en el 100% de los casos no tienen ningún sentido y por supuesto, carecen de toda base científica que los sustente. Y para todo esto, el tema de la alimentación se lleva el pleno al quince.
En nuestro primer artículo sobre mitos alimentarios, que podéis visitar aquí ya tratamos temas como el limón quemagrasas, alimentos que fermentan, alimentos integrales…. Y el tema da para mucho más. ¡Empezamos!
Los lácteos producen mucosidades
Falso. Es uno de los mitos más extendidos en la población. Existen numerosos estudios que prueban que el aumento de la mucosidad y la ingesta de leche no tienen relación ninguna. Podéis ver los resultados de uno de éstos estudios aquí. En este estudio los voluntarios fueron inoculados con el virus del resfriado común y se registraron durante 10 días los síntomas respiratorios y la ingesta diaria de leche. El peso medio de la secreción nasal no aumentó con el aumento de la ingesta de leche. Los autores concluyeron que en adultos sanos con el virus del resfriado común, la ingesta de leche no se asoció con un aumento de los síntomas de tos, congestión nasal o la magnitud de las secreciones. Otro estudio que llega a conclusiones parecidas.
Los huevos morenos son mejores que los blancos
Falso. No podemos medir la calidad de los huevos por el color de su cáscara. Nutricionalmente hablando el color de la cáscara no influye en la cantidad o calidad de nutrientes del huevo. El color simplemente viene determinado por la raza de la gallina.
Beber agua adelgaza (o engorda)
Falso. He oído este mito tanto en un sentido como en otro, es decir, que el agua adelgaza y que el agua engorda y en los dos casos es falso. El agua es acalórica, es decir, no contiene calorías por lo que por sí sola no puede ni hacernos engordar ni adelgazar. Sí que es cierto que beber agua ayuda a sentirnos más saciados y por lo tanto puede ayudar a disminuir la cantidad de alimento que ingerimos ya que el agua ocupa “hueco” en el estómago.
La margarina es "casi" plástico
Falso. Este bulo nos llegaba hace unos años a través del correo electrónico. La margarina es un producto que se elabora a partir de aceites y grasas vegetales (girasol, maíz, oliva, palma… depende de la marca) y al que mediante procesos tecnológicos añaden moléculas de hidrógeno para darle esa consistencia sólida y untuosa que posee ya que, las grasas de origen vegetal a temperatura ambiente son líquidas. El problema es que al sufrir este proceso tecnológico se originan las temidas grasas trans. Este tipo de grasas favorecen la aparición de enfermedades cardiovasculares,etc. Un punto positivo de la margarina, a diferencia de la mantequilla, es que es baja en grasas saturadas ya que éstas sólo existen en alimentos de origen animal. Por lo tanto, siempre que consumamos margarina (o mantequilla) esporádicamente y en pequeñas cantidades no hay ningún problema, aunque, puestos a usar una grasa, decantémonos por el aceite de oliva.
Laura Cortés
Asociación Española de Dietistas
Nutricionistas Nº 2934
info@lauracortes.es
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