A la caza del macarrón integral

La elección entre consumir cereales integrales o refinados en tu alimentación diaria marca una gran diferencia, y no porque vayas a bajar o subir de peso más o menos si eliges uno u otro como siempre se ha creído comúnmente (el cereal integral se asocia a dieta y por lo tanto a que engorda menos) ya que por ejemplo, 100gr de arroz integral aportan prácticamente las mismas calorías que 100 gr de arroz blanco, y de la misma forma ocurre con el resto de cereales, sino porque tu alimentación puede ser más o menos completa.

Por ello, como profesional de la dietética, intento que la mayoría de cereales que entren en mi casa sean integrales, o eso pensaba yo (que la mayoría de cereales que entraban en casa eran integrales) hasta hace unas semanas, cuando, preparando unos ricos macarrones, supuestamente integrales, para comer, se me ocurre darle la vuelta al paquete y empezar a leer los ingredientes de los que está compuesto, cuál fue mi sorpresa cuando leo “harina de trigo duro, 8% salvado de trigo”, es decir, integral por ningún lado. La táctica que utilizan en estos casos es realizar la pasta con harinas refinadas y al final añadir un 8% de salvado que es la cáscara del cereal, por lo que de integral, tiene muy poco. Luego, volví a girar el paquete y vi que mencionaba con alto contenido en fibra pero en ningún momento, la palabra integral ¡error mío! Ya que me dejé llevar por la apariencia del color de la pasta (color parduzco, como la integral DE VERDAD) y no tuve la precaución de leer el etiquetado (cosas que pasan cuando vas a comprar con prisas).

En mi siguiente visita al Super, decidida a cambiar de marca de macarrones a una que fuera 100% integral, tuve que irme a casa con las manos vacías ya que de las 3 marcas distintas de pasta que había en la tienda, ninguna era hecha con cereales integrales, si no que habían utilizado la misma picaresca de añadir un porcentaje muy bajo de salvado al producto.

Y fue cuando me di cuenta, de lo complicado que es encontrar pasta hecha con harina 100% integral, eso sí, al final encuentras pero no es tan fácil como parece. Sabía que utilizaban estas técnicas con otros productos como por ejemplo el pan supuestamente “integral”, pero esto no se queda en el pan, llega a las pastas, los cereales de desayuno, etc, etc.
¿Por qué es importante consumir cereales de grano entero o integrales?

El grano de cereal está formado por 3 principales estructuras (de dentro hacia fuera) encontramos primero el GERMEN que es sobre todo rico en lípidos insaturados beneficiosos para el organismo, a continuación, nos encontramos con el ENDOSPERMO, es la capa que recubre el germen y es el encargado de proporcionar los nutrientes necesarios al germen. Por último tenemos la CÁSCARA que es la parte más exterior del grano, rica en fibras vegetales y en vitaminas y minerales. La cáscara es lo que se utiliza para hacer el salvado.

Cuando un cereal es refinado, se elimina el germen y la cáscara y nos quedamos sólo con el endospermo por lo que todos los lípidos saludables, vitaminas, minerales y fibra desaparecen casi por completo. Es por ello la importancia de consumir los cereales en su forma integral porque además de aportarnos energía en forma de hidratos de carbono, nos aportan gran cantidad de fibra, vitaminas sobre todo del grupo B y minerales cosa que los cereales refinados no lo hacen.

Por último, recordad la importancia de mirar con atención las etiquetas de lo que compráis y que no os dejéis llevar por las apariencias como me pasó a mí ya que la mayoría de las veces como dice el refrán, “las apariencias engañan”.

Laura Cortés

Asociación Española de Dietistas
Nutricionistas Nº 2934
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