Tema tabú: Trastornos del comportamiento alimentario

Pero los trastornos del comportamiento alimentario no son un mal exclusivo del siglo XXI, ya en el siglo XVI aparecen las primeras descripciones en términos clínicos recopiladas como testimonios médicos en los que despertaban curiosidad la capacidad de los enfermos de vivir sin alimentarse. Es desde 1900 cuando aparecen algunas aportaciones que se acercan más a los casos de anorexia actuales y a partir de la década de los sesenta cuando estos cuadros de anorexia adquieren una identidad propia al aumentar su incidencia y definirse más claramente como desórdenes de naturaleza psicológica, social y multicausal. Actualmente además, se están estudiando los factores genéticos implicados en este tipo de trastornos.

¿Qué son los trastornos del comportamiento alimentario (TCA)?

El término "Trastornos Alimentarios” se refiere en general a trastornos psicológicos que comportan anomalías graves en el comportamiento de la ingesta de alimentos, es decir, la base y el fundamento de estos trastornos se encuentra en una alteración psicológica.

Se entiende, pues, que el síntoma externo podría ser una alteración de la conducta alimenticia (dietas prolongadas, pérdida de peso...) pero el origen de estos trastornos se tendría que explicar a partir de una alteración psicológica (elevado nivel de insatisfacción personal, miedo a madurar, elevados índices de autoexigencia, ideas distorsionadas sobre el peso o la comida,...). Estas alteraciones  llevan como consecuencias problemas físicos o del funcionamiento psicosocial del individuo.

¿Qué factores pueden provocar un TCA?

Existen tres tipos de factores:

- Factores predisponentes: son los que se encuentran presentes antes de la aparición del TCA, como pueden ser los genes, la edad (entre 13-20 años), el sexo (las mujeres tienden más a padecer este tipo de trastornos), la introversión, nivel social (suele ser más común en niveles medios-altos), familiares con adicciones, familiares con trastornos de la ingesta, ideales estéticos dominantes, nivel alto de autoexigencia.

- Factores precipitantes: precipitan a que la enfermedad aparezca. Ejemplos de ellos son los cambios corporales-emocionales en la adolescencia, las separaciones y pérdidas, la obesidad previa, críticas respecto al cuerpo, acontecimientos estresantes, etc.

- Factores de mantenimiento: son aquellos que actúan una vez ya ha aparecido la enfermedad y provocan que el enfermo/a no se cure. Algunos de estos factores son al interacción familiar, el aislamiento social, la actividad física excesiva y la cognición distorsionada.

Existen diversos tipo de trastornos dentro de este tipo de enfermedades, los más conocidos son la anorexia nerviosa que se caracteriza por un deseo intenso de pesar menos, cada vez menos; miedo a la gordura-obesidad y un peculiar trastorno del esquema corporal, que les hace verse más gruesas de lo que en realidad están. El método para conseguir esta pérdida de peso está en una fuerte restricción alimentaria, en el ejercicio físico y en las conductas de purga y la bulimia nerviosa que se caracteriza esencialmente por la pérdida de control sobre la conducta alimentaria de la que se derivan los episodios de ingesta voraz, consumo de una gran cantidad de comida en un corto periodo de tiempo, a los que siguen las conductas compensatorias para evitar el aumento de peso.

Otros trastornos de este tipo que son menos conocidos son la vigorexia llamado también anorexia inversa ya que las personas que la sufren tienen una preocupación constante de parecer demasiado pequeños y/o débiles. Este tipo de trastorno incluye una obsesión por un cuerpo extremadamente musculoso, baja autoestima, distorsión de la imagen corporal, se dejan otras actividades sociales y culturales para dedicarse por completo de forma compulsiva y obsesiva al entrenamiento físico, adicción a la báscula, uso de anabólicos y esteroides, etc.

Otro trastorno del comportamiento alimentario cada vez más frecuente es la ortorexia que la podemos definir como la obsesión por la comida sana y que obliga a seguir una dieta que excluye la carne, las grasas, los alimentos cultivados con pesticidas o herbicidas y las sustancias artificiales que pueden dañar el organismo. Los pacientes suelen ser tan estrictos que incluso se sienten culpables cuando lo incumplen y se castigan con dietas y ayunos aún más rígidos. Suele manifestarse en personas con comportamientos obsesivo-compulsivos y predispuestos genéticamente a ello.

Otro trastorno poco conocido es la sadorexia Aunque es relativamente poco común y no ha sido reconocida oficialmente, se sabe que este trastorno alimentario se está extendiendo rápidamente, sobre todo a través de Internet, donde muchas enfermas se comunican para darse ánimos, compartir trucos, intercambiar dietas no saludables o hacer competencias de pérdida de peso.

La sadorexia (sadomasoquismo + anorexia) se considera un trastorno alimentario de segunda generación, que ha evolucionado de la anorexia. Conjuga comportamientos anoréxicos, bulímicos, ortoréxicos, junto a un maltrato corporal y el empleo de métodos de adelgazamiento masoquistas que infringen dolor y quitan las ansias de comer, provocando pérdidas de peso rápidas y permanentes.

Para finalizar, quiero recalcar la importancia de que el tratamiento para las personas que sufren algún trastorno alimentario debe ser multidiscipliar, es decir, debe abarcar desde el tratamiento médico, la asistencia psicológica y/o psiquiátrica, el tratamiento nutricional, etc. Ya que como hemos dicho anteriormente, se trata de una enfermedad multicausal.