La castaña: un fruto seco un tanto peculiar

Hoy vengo a hablaros de la castaña y  los motivos son: primero porque me encantan, segundo porque estamos en plena temporada de castañas y tercero porque todos los años están presentes en las sobremesas de mis comidas y cenas navideñas y por ello, se merecen una especial mención dadas las fechas en las que nos encontramos.

Las castañas son el fruto del castaño, un árbol que puede llegar a medir 35m de altura y de hojas grandes y caducas. Las castañas crecen dentro de una especie de cubiertas llenas de pinchos muy punzantes denominadas erizos. Los erizos cuando están maduros se abren y caen al suelo, éste es el momento de recoger las castañas. La temporada de esplendor de la castaña es otoño e invierno, durante estas temporadas las podemos encontrar en puestos callejeros de nuestro pueblo o ciudad con las famosas castañeras, también en fruterías, supermercados, etc.

Las castañas pertenecen al grupo de los frutos secos pero tienen características que las diferencian de la mayoría de ellos y por lo tanto las convierten en un fruto peculiar.

Los frutos secos en general son un alimento muy energético, es decir, altamente calóricos y muy ricos en grasas (monoinsaturadas y poliinsaturadas) y en proteínas. Las castañas, al contrario de lo que se piensa y comparándolas con el resto de frutos secos son los frutos con menos calorías debido a que contienen una menor proporción de grasas y de proteínas que el resto de frutos secos. En cambio, son ricas en hidratos de carbono complejos por lo que en su composición llega a asemejarse más a un cereal que a un fruto seco.

A continuación podéis ver los datos nutricionales más relevantes de las castañas en comparación con otros frutos secos como la almendra, la nuez y la avellana.

(Cada 100gr. de producto con cáscara)
 

Como podemos observar en la tabla, las Kcal totales son apreciablemente menores en las castañas que en la almendra, nuez o avellana, esto se debe sobre todo a que el contenido en grasas de las castañas es mucho más bajo y por ello son buenas aliadas también para las personas que están a dieta, siempre que se tomen con moderación.

Debemos de tener en cuenta también que son ricas en hidratos de carbono por ello, las personas diabéticas las pueden tomar pero teniendo en cuenta este aporte extra de carbohidratos en su dieta.

Otra de las características de las castañas es que son ricas en vitaminas del grupo B, las cuales nos ayudan a suplir estados carenciales y a evitar la fatiga física y mental y también la anemia. También son ricas en potasio y bajas en sodio por lo que las personas que sufren de hipertensión las pueden tomar sin problemas.

Existen diferentes formas de degustar las castañas, pueden hacerse asadas, cocidas, en forma de puré o tomarse crudas. Si optamos por la última opción, estaremos aprovechando al máximo sus propiedades nutricionales ya que algunas de sus vitaminas y minerales se pierden cuando las sometemos al calor.

Las personas con estómagos más delicados como pueden ser los niños, o que sean propensas a sufrir gases, o que padezcan patologías como Síndrome de Intestino irritable deben de tener precaución a la hora de consumir castañas ya que pueden resultar un poco indigestas, ocasionar flatulencias y malestar de estómago, para evitar esto, yo recomiendo que se ingieran en pequeñas cantidades y siempre masticándolas muy bien.

Laura Cortés
Asociación Española de Dietistas
Nutricionistas Nº 2934
info@lauracortes.es